Una Fresa Transformada
¡Hola! ¡Hola!
Gracias a todos los que siguen por aquí leyendo Una Fresa Transformada. No se imaginan lo que mis palabras han sorprendido a mucha gente, pero sobre todo que han podido ayudar a quien menos me hubiera imaginado.
Todos tenemos nuestro propio camino que recorrer en este proceso… algunos tomamos el camino largo como yo… y algunos el camino corto y práctico como mi esposo.
Ahí les va, cuando Jose sale del closet, los dos estábamos en shock, pero las reacciones de los dos ante ese shock fueron muy distintas.
Mi esposo enseguida lo aceptó como una realidad y de forma muy práctica me dijo: Mari esto es así, ni le des más vueltas, es lo que es. Vamos a estar aquí para Jose y lo vamos a apoyar. PUNTO. A eso le llamo yo agarrar el camino corto…
Y no era un camino corto, falso o evitativo, era de verdad su forma de entender y vivir lo que estaba pasando. Yo lo veía hasta con un poco de incredulidad como diciendo ¿Pero cómo así? Yo aunque quería no lograba verlo y sentirlo como él.
A mí simplemente la cosa me estaba costando más trabajo y más tiempo entenderlo, procesarlo y aceptarlo. Y no hablo de aceptar a Jose, eso nunca lo dudé, sino aceptar y acomodar esta nueva realidad que me descuadraba mis expectativas.
Porque aunque él acababa de cumplir solo 14 años, yo ya me lo imaginaba casado con una mujer y con hijos. Porque así “debe ser”, ¿que hay otras posibilidades?
Qué tal si no se quiere casar, qué tal si no quiere o no puede tener hijos, qué tal si… es gay y no quiere de pareja a una mujer y se enamora de un hombre… que tal si… el que tal si simplemente no se me atravesaba por la cabeza.
De las expectativas luego platicamos porque la foto de mi familia yo ya la tenía bien clarita yo creo que desde que nacieron (de verdad que eso de las expectativas te pone de rodillas).
Empezó a pasar el tiempo y me di cuenta que lo que mi esposo había procesado de madrazo, yo no… y que necesitaba vivir mi propio proceso y mi propio camino.
Así que fui a terapia con una psicóloga maravillosa y me dí cuenta que yo voy a llegar también a esa aceptación y acomodo pero por el camino largo… Me va a llevar un poco más de tiempo… pero voy a llegar… de eso no hay duda, porque esta Fresa no era la de antes, era Una Fresa en plena transformación.
Esta fresa necesitaba recorrer el camino largo para dejar en ese camino muchas pendejadas, muchos “deber ser» y un chingo de prejuicios y creencias…
La suerte es que he tenido siempre a mi lado una pareja maravillosa, con quien he recorrido este camino, y que sin importar si es largo o corto, ha estado ahí conmigo, todo el tiempo. En las buenas, en las malas, en las difíciles, en las maravillosas y en las ¿y ahora qué hacemos?
Cuántas mamás o papás han tenido que enfrentar esto solas o solos, sin el apoyo de su pareja. He escuchado miles de historias donde la pareja en lugar de estar ahí como equipo enfrentando la nueva realidad, se vuelve un problema más, porque simplemente no puede procesar la información.
Y no se trata de juzgar a nadie, sino de una situación que es muy común y que hace las cosas mucho más complicadas para todos, incluso para ellos mismos.
No saben la cantidad de personas que me preguntan: ¿Marisol y tu esposo que onda? ¿Como lo lleva? Porque además como sabrán hay la imagen del macho mexicano que ante ojos de muchos sería incapaz de “aceptar” algo así.
Por suerte, esto es lo más lejos que puede estar de nuestra realidad y en nuestro caso ha sido todo lo contrario. Y ni que decir cuando mi hija nos dijo muchos años después que era bisexual… aceptación y ubicación a la nueva verdad de inmediato (si de mi esposo que es el del camino corto, hasta atajos diría yo)
Yo no tomé ahí el camino largo la segunda vez… tomé el medio largo jajaja. Les digo que voy a llegar, nada más que me lleva mi tiempito.
La verdad que no importa cual sea tu camino, lo importante es que lo vivas y lo recorras sabiendo que vas a llegar, que te pongas unos buenos tenis bien cómodos para andarlo y si tienes la suerte como yo, que alguien te tome de la mano con quien puedas hacer equipo.
Pero no te preocupes que si tu pareja no lo acepta, tú puedes ser ese adulto en la vida de tu hij@ que lo quiera incondicionalmente y lo acepte tal como es, porque basta solo un adulto para que él o ella esté bien. ¡Contigo basta! Y te digo algo… podemos hacer cosas difíciles.
Me hubiera encantado como mi esposo tomar el camino corto, pero no siempre se elige, cada uno tenemos formas de procesar la vida diferente. Lo que si se elige es tomar la decisión de amar a tus hijos tal como son… y eso si que yo lo tenía bien claro. Y aunque me ha tomado más tiempo que a él, hoy se que voy a llegar… y no igual que antes… sino transformada.
Al final, lo importante es que el camino corto o largo te lleven a aceptar y a amar a tus hijos, eso es todo. Hasta para explicar esto, uso el camino largo jajaja, mi esposo lo hubiera dicho en 3 líneas.
Un abrazo, Marisol

