Bienvenidos a Una Fresa Transformada

¡Hola! ¡Hola!
Soy nueva en esto de empezar un blog, llevo tiempo dándole vueltas y finalmente agarré valor y me decidí a hacerlo.
Buscando un nombre pensé en mil opciones y creo que el que mejor me describe hoy es el de “Una Fresa Transformada”.
En México le llamamos fresa a esas niñas “bien”, que son “bien portadas”, que visten de forma “apropiada”, que van a un buen colegio privado, que no dicen groserías, que son “ingenuas”, que viven en una burbuja, que se quieren casar, tener una familia… una niña pija para los españoles o una niña pituca en Perú.
Empezaré por contarles por qué lo de la fresa.
Nací en una familia tradicional, no conservadora pero tradicional…. con sus cosas claro, una familia de papás divorciados lo cual tiene sus retos pero eso lo dejamos para otra historia.
Fui a un colegio de monjas, fui a la universidad, me casé… y llevo casada 29 años (si, con el mismo) , que por cierto todavía me cae muy bien.
Siempre fui la “niña buena”, bien portada, que se vestía de cierta forma, que era responsable… demasiado responsable… es más, asumí muchas responsabilidades que no me tocaban por cierto.
Hice todo lo que se esperaba de una “niña bien” … fui al colegio y siempre tuve buenas calificaciones, estudié una carrera con beca y me titulé con mención honorífica, me casé por el civil y por la iglesia, tuve hijos… todo como «debía de ser”.
Trate dos veces de fumar y me ahogue terriblemente así que nunca he fumado y nunca he probado ninguna droga.
Pensaran… que pinche vieja de hueva… y en mi defensa… no soy de hueva🤣🤣🤣 solo era una niña fresa… o soy una niña fresa… la verdad es que en el fondo me pregunto si siempre lo seré… pero transformada… de eso no me cabe duda.
Y no crean que hay reproche o queja alguna en ello porque he tenido una vida muy feliz y gracias a todo lo vivido soy quien soy hoy.
Lo que pasa es que cuando sales de esa burbuja en la que te mueves, te das cuenta que la vida es mucho más… que hay otras perspectivas, otros mundos, otras religiones, otras culturas, otras verdades… que no eres una zorra por darle un beso a alguien, que no pasa nada si te vas a vivir con alguien antes de casarte, que no todo se mide por la rigidez de si es bueno o malo, que el “deber ser” estorba la mayoría de las veces, que cada quien tiene su propio camino y lo recorre como puede con las herramientas que tiene, que una buena calificación no te va a dar más éxito en la vida, que tener hijos es una elección, que cada quien elige a quien amar y que la vida es para vivirla sin juzgar ni ser juzgado… o por lo menos tratar de hacerlo.
Y de repente la vida te sorprende y te manda cosas que no esperas… que te tocan.
Así de repente pasan cosas y te adaptas y las aceptas y las acomodas … y las sigues acomodando.
Hasta que simplemente las amas y te transformas.
Deseo que lo que escriba y comparta en este espacio le resuene a alguien… a alguien que lo necesite como yo lo necesité y lo sigo necesitando.
Busco de la forma más sincera y honesta que puedo expresarme, ayudar a mamás y papás a amar con toda el alma a cada uno de sus hijos tal cual son. Y que los apoyen a ser fieles a sí mismos.
El tema principal de porqué estoy aquí escribiéndole al aire… al universo… esperando que alguien lo lea y que a alguien le ayude…. es que la vida me sorprendió con un hijo y una hija bisexuales. Así tal cual… 2 de 2. ¿Qué posibilidades hay? Un montón, pero vamos por partes.
Pues hace 9 años, mi hijo hoy de casi 23 … a una semana de cumplir 14 me dijo lleno de valor, de angustia y de lágrimas… ma soy gay.
Y yo enmudecí y llore y llore y llore como si me hubieran abierto la llave del agua sin saber que hacer, que decir, a quién llamar o qué libro leer.
Él salía del closet y yo entraba con doble candado. ¿Y ahora qué hago con esta información?
Dentro de todo… siento que reaccione “bien”… o “no tan mal”… lo abrace, le dije que lo quería mucho mucho y que siempre lo iba a querer… de eso no cabía duda pero ahora la angustiada y apanicada era yo.
Él me preguntó ¿Ma porque lloras si no es nada malo? ¿Cómo explicarle en ese momento todos los prejuicios con los que creció la niña fresa?
Me cambiaban el guión… estaba muerta de miedo. ¿Cómo lo iba a educar? ¿Lo iba a aceptar realmente al 100%? ¿Qué hacía yo ahora con mis expectativas? ¿Iba a ser más difícil ahora la vida para él? ¿Cómo lo iba a tratar la gente? No me preocupaba “el que dirán” pero si la aceptación de los amigos y la familia, tanto para él como para mí.
Por mi cabeza pasaban 2 millones de preguntas y de dudas ¿Dónde acomodo esto?
La niña fresa no sabe que chingados hacer, esto no estaba planeado en el script. Eso sí, toda la vida he sido muy mal hablada… desde chica mi hermano me decía que por lo menos las rimara, que rimara las groserías para que se oyeran bien.
¿La niña fresa puede ser mamá de un niño gay?
Pero espérense que la cosa se pone buena, 6 años después … o sea hace 3, mi hija hoy de 25 nos dice valientemente, angustiada y con lágrimas en los ojos… ma yo soy bisexual.
Y yo con todo el camino recorrido con mi hijo y todo lo aprendido pensé que sería más fácil… que ya estaba transformada… que ya había aprendido que no podemos poner expectativas en nuestros hijos… ¿pero qué creen?
Que no es así… que no arranco de CERO… arranco como en el 50%… como a la mitad … pero me queda mucho camino por recorrer y descubrir.
Me doy cuenta que cada proceso es diferente porque cada hijo es único y que cuesta trabajo aceptar y reconocer que todas esas expectativas de la niña fresa de tener una familia tradicional… no van a pasar.
Así que por un lado está el querer a tus hijos incondicionalmente y aceptarlos tal como son… y por el otro el aceptar y amar la nueva realidad de una familia arcoíris 🌈 no tradicional.
Sigo teniendo mil millones de dudas y preguntas y se que habrá mil retos en el camino… que todo cambia y a la vez no cambia nada. ¡Mis hijos son y serán siendo mis hijos siempre!
Hoy les cuento que si se puede, que sí puedo ser la mamá que mis hijos necesitan y no la que la sociedad espera.
Ahora ya les queda claro el porqué del título de este blog.
Una Fresa Transformada… porque me ha tocado transformarme para abrazar y querer a mis hijos tal cual son y amar y agradecer la maravillosa familia arcoíris que tengo.
Mis grandes maestros sin duda son mis hijos… que me enseñan día a día lo importante de ser fieles a nosotros mismos… y que ese es el único camino para crecer, madurar y ser felices.
Así que 2 de 2… ¿Cada cuanto pasa esa estadística? ¿Qué tan común es tener dos hijos de la comunidad LGBTQ+? ¿Cómo se ve una familia arcoíris?
Bienvenid@s a esta aventura de Una Fresa Transformada… donde lo que sobra es el cariño, los abrazos y los besos, y donde siempre, siempre tendremos una mirada de curiosidad y un espacio seguro para compartir todo eso que no sabemos cómo acomodar.
Gracias por leerme, ojalá que quien lo necesite encuentre en estas líneas un lugar donde pueda sentirse acompañad@ y saber que todo va a estar bien.
Un abrazo, Marisol
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